Bienvenido al mundo de la memoria de PLC, donde el tamaño no importa. Como ingeniero de PLC o comprador curioso, es posible que se haya preguntado por qué la memoria de los PLC suele limitarse a unos pocos cientos de KB. Pues bien, adentrémonos en las intrigantes razones que se esconden tras esta capacidad aparentemente modesta y descubramos las ventajas ocultas que aporta.
Capacidad de respuesta en tiempo real:
El PLC, como todos sabemos, está diseñado para el control y la ejecución de tareas en tiempo real. Necesita responder rápidamente a las señales de entrada, ejecutar la lógica y generar señales de salida. Al mantener el tamaño de la memoria relativamente pequeño, los PLC pueden lograr velocidades de procesamiento ultrarrápidas y rendimiento ultrarrápido. Así que, aunque parezca contrario a la intuición, una memoria más pequeña en realidad mejora las capacidades en tiempo real.
Coste y tamaño del hardware:
Los PLC son sistemas embebidos y, como tales, se enfrentan a limitaciones en cuanto a coste y tamaño del hardware. Al limitar la capacidad de memoria, los fabricantes pueden reducir el coste de los chips de memoria y el tamaño total del dispositivo. Esto no sólo hace que los PLC sean más asequibles, sino que también garantiza que quepan en espacios compactos sin comprometer la funcionalidad.
Lógica compacta, almacenamiento eficiente:
Aunque los autómatas programables manejan una lógica y unas tareas relativamente sencillas, no requieren un espacio de memoria abundante. Los códigos de los programas lógicos suelen estar diseñados para ser compactos y eficientes, lo que permite almacenarlos en tamaños de memoria más pequeños. Esto significa que, incluso con una memoria limitada, los PLC pueden gestionar eficazmente la mayoría de las necesidades de lógica de control y almacenamiento de datos.
Fiabilidad y estabilidad:
De hecho, los tamaños de memoria pequeños pueden aumentar la fiabilidad y estabilidad de la memoria del PLC. Al reducir la cantidad de datos almacenados, se minimiza el riesgo de corrupción o pérdida de datos. Esto es especialmente crucial para los sistemas PLC de larga duración, en los que una menor capacidad de memoria ayuda a mitigar las posibilidades de fallos de memoria y garantiza un funcionamiento ininterrumpido.
Aunque la capacidad de la memoria de un PLC pueda parecer modesta, es perfectamente adecuada para la mayoría de los requisitos de almacenamiento de datos y lógica de control. Para aplicaciones más exigentes, existen PLC de gama alta o especializados, equipados con mayores capacidades de memoria. Además, algunos PLC ofrecen interfaces de expansión de memoria, que permite aumentar la capacidad de memoria añadiendo tarjetas o módulos de almacenamiento.
En conclusión, el tamaño limitado de la memoria del PLC no es una limitación en absoluto, sino una elección de diseño cuidadosamente estudiada. Mejora la capacidad de respuesta en tiempo real, reduce los costes, optimiza la compacidad y aumenta la fiabilidad. Así pues, la próxima vez que se encuentre con un PLC con cientos de KB de memoria, recuerde que no se trata del tamaño, sino de la potencia que contiene.
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